miércoles, 30 de noviembre de 2011

Te recuerdo Amanda

Te recuerdo Amanda. En una habitación en penumbras de un día quejumbroso. Recuerdo a los otros asistentes, con sus mejores galas, frotándose las manos, tiritantes. Recuerdo el vaho en la ventana. Y tú, entrecerrando los ojos, posando lentamente los dedos sobre las teclas. Y tú, de rostro tan largo, de cuerpo tan largo, de piernas tan largas, de manos tan largas. Acaso un Modigliani.

Y tus manos, ya posadas en las teclas, arrancan lentamente unas notas largas. Un sonido tiritantente que se hila quejumbroso, en la penumbra del piano.

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