miércoles, 19 de octubre de 2011

Tell me

Tell me about the starts
alone in the sky
dying in silent

Tell me about the sacrifies,
about one God made in metal
with no eyes

Tell me about you
sitting there
staring at me
so quiet

Tell me about the died starts you have collected,

To me

I put your picture in the frame

Leaves behind the pavament
Water running through the nerves
Streets stained by footsteps
hidden hunters in lost ways

Walls are meeting once again
Ragging papers shouting names
Streets are comming narrower
hunter-prey, helpless face

My feet are wiping your footsteps
Your shadow is trapped in the lost way
What is comming? What to say?
No more races, no more ends

Lighting eyes in your helpless face
Something is comming, something is left
Saying nothing was the best,
ever since I put your picture in the frame

lunes, 3 de octubre de 2011

Sobre las catedrales

Y yo me pregunto, frente a las suntuosas puertas, de cara a los altares repujados y los pretenciosos retablos, girando la cabeza hacia los techos y las cúpulas infinitamente altas y engreídas ¿A que vienen las gárgolas pendientes de los muros, los pequeños demonios tallados en el coro o esculpidos entre las cenefas del púlpito? Dragones, sátiros, arpías. ¿Cómo es posible que unas construcciones destinadas a acercar al humano al reino pacífico de Dios esté plagada de tantos monstruos profanos? ¿Son un chiste? ¿La burla silenciosa de los artistas mal pagados? ¿O simplemente un guiño a los supersticiosos, arraigados en las creencias milenarias de los pueblos? Y yo me pregunto, los teóricos que denuncian la riqueza de la Iglesia, observando con indignación el oro en los altares, ¿se han detenido a observar también esas figuras?, ¿alguno de ellos habrá pensado “aquí está, la denuncia del pecado”?

Uno más

Un blog,

¿Quien sabe por qué he empezado un blog? Quizás porque tengo un torrente de ideas acumuladas que pugnan por salir. Quizás por una cierta melancolía hacia la lengua nativa que poco a poco voy relegando. Lo más probable; un último intento deseperado de seguir escribiendo entre horarios, planes y rutinas que tan alejada me mantienen del papel.

Tampoco sé como se empieza un blog, cual es la primera entrada, si se ha de escribir algo grandioso o simplemente un pequeño prólogo de lo que después tendrá que ser grandioso. Al fin y al cabo este blog no va destinado a nadie, aunque hipócritamente se encuentre en la red. Aunque escriba en primera persona dirigiéndome a un lector, en lugar de en tercera persona, con la que al menos podría justificar que me dirijo a mi misma.

Así es que le he dado un título y he empezado a escribir en mi espacio virtual. ¿Quién sabe cuanto escribiré? Tampoco me preocupa, simplemente escribir ya es algo, llenarte de excusas para sentarte a la máquina, decir: tengo un blog y soy responsable de mantenerlo, aunque no vaya dirigido a nadie, aunque a ese nadie no le preocupe la calidad de la escritura tanto como me preocupa a mí misma. Aunque use el adverbio aunque hasta el abuso. El caso es que tengo un blog, una excusa y dentro de unos segundos la primera publicación.